lunes, 1 de febrero de 2016

No mires hacia otro lado

Es un hecho que el acoso escolar es una lacra con la que nos ha tocado lidiar, por desgracia, ha sucedido siempre, pero no siempre se ha denunciado.

Ahora que están saliendo muchos casos, algunos especialmente trágicos, empieza la sociedad a tomar conciencia de la magnitud del problema pero, ¿Quiénes son los responsables?, ¿Hay que buscarlos si es que los hay? Indudablemente, de manera directa o indirecta, siempre hay un culpable pero, evidentemente la pregunta es, ¿quien?

No voy a intentar buscar la respuesta pero, obviamente, lo único claro de toda esta situación, es que hay una víctima y, en algún caso, ya nada se ha podido hacer por ella. Llegados a este punto nos tenemos que preguntar ¿Por qué? La respuesta no es fácil de decir, y son muchas las razones por las que, en determinadas ocasiones, estas personas se quitan la vida. A priori, las riñas de patio de colegio entre chicos, las burlas en los pupitres las novatadas en los servicios, sólo son contempladas como eso, "cosas de chicos". Pero claro, nuestro enfoque es desde una perspectiva adulta, en la que tendemos a minimizar los problemas de los niños, no obstante, debemos tener presente que, lo que para un adulto es un problema menor, para un niño puede adquirir, sobre todo en ciertas edades, proporciones inimaginables.

Todo puede empezar en un simple pupitre, con sus compañeros mas cercanos, todo empieza con una simple burla, a la que el niño acosado no hace frente y, al no hacer frente, ésta se empieza a magnificar, dando como resultado que el resto de la clase le vea como el típico "pringado" dando comienzo a un ovillo que crece y crece durante toda la etapa escolar si no se le pone remedio a ello, causando, en muchos casos, traumas de los que salir de ellos supone una fuerza de voluntad de la que el niño, por su propia "psique", carece.

Y no nos engañemos, el niño no sufre solamente por sentirse apartado por el resto de sus compañeros, ni por las burlas de éstos, sufre por la indefensión que crea ser el objetivo de burlas de toda una clase, e incluso de todo un colegio. Tampoco pensemos que porque un niño no diga nada no le sucede nada, en ciertas ocasiones es tal el miedo que siente a hablar o a decir algo que prefiere callarse a hablar y hacer que las cosas empeoren para él. Si a todo lo dicho, le sumamos que en muchas ocasiones los profesores, a los cuales entiendo porque no es plato de gusto para nadie, no quieran verse involucrados en este tipo de asuntos, da como resultado un "cóctel molotov" mental que puede estallar de la peor forma posible.

¿Y cual sería el resultado de esa posible explosión? Sin duda alguna, las variantes son inimaginables. Debemos tener en cuenta que cada persona es un mundo y cabe la posibilidad de que haya una agresión, o incluso suicidio. Siento ponerme tan extremista, pero ciertos sucesos muy cercanos en el tiempo han acabado con esto último, y es aquí donde considero que la sociedad ha fallado a esa persona, los valores, la moral, el respeto por la vida... todo ha saltado por los aires en el momento en el que una persona se ve avocada a tomar la decisión de quitarse la vida. Es trágico, pero es la realidad, son muchos los casos de bullying que no se denuncian, yo diría que la mayoría, porque es tal la tortura psicológica a la que es sometida la psique del niño en cuestión que no le dejan otra elección, es más, los propios agresores, le dicen cosas como "si fuera tú me suicidaría", realmente descorazonador.

¿Cómo puede un niño defenderse ante tal situación? La verdad es que tiene que tener una fuerza de voluntad tremenda, ya que es más el dolor moral que el dolor físico. Desde aquí no es mi deseo crear ningún tipo de polémica ni nada que se le parezca, sólo quiero ofrecer mi visión sobre este asunto, decir que es un problema de todos, y es necesario quitarnos la venda de los ojos, ser inflexibles con esta situación, porque estos años en los que sucede el acoso escolar, marcan para siempre la vida de la persona, porque son experiencias vitales de las que la persona aprende y, en función de cuales hayan sido, su personalidad se forjará sobre unos ideales u otros, tendrá unos paradigmas u otros y sobre todo y, en algunos casos, reproducirá sobre otros todo el daño que le haya sido infligido.

El sentido común nos dice que todo hay que perdonarlo, pero el corazón, a veces nos dicta lo contrario, después de estas líneas muchos pensarán que tengo razón y muchos otros, seguramente la mayoría, que no es para tanto, e incluso me podré equivocar en muchas cosas anteriormente expuestas, pero, créanme si les digo que hablo con conocimiento de causa y mi mayor anhelo sería estar equivocado en todo lo dicho anteriormente.

Sólo quiero animar a toda la comunidad educativa a seguir con su labor pedagógica y que continúe haciendo hincapié en la transmisión de valores que son tan necesarios hoy en día para que cosas como ésta no tengan cabida en nuestra sociedad, por último espero que éstas líneas se entiendan como lo que son, una llamada para que de una vez por todas, se tome en serio y se apliquen medidas por parte del gobierno para paliar esta situación, que dicho sea de paso, quien la ha vivido, sabe muy bien de qué estoy hablando.