lunes, 9 de noviembre de 2020

Winds of Change (Vientos de cambio)

Ha pasado mucho tiempo sin publicar un post, pero como todos sabéis la ya conocida pandemia no ha favorecido que escribiera entradas en el blog, supongo que más por hastío que por otra cosa. 

Podría hacer un resumen de todo lo que ha pasado en estos meses, pero todo se resumiría a los tres famosos meses de confinamiento hasta mayo casi junio y poco más. Los aplausos, los paseos a partir de las ocho de la tarde, es decir, nada de lo habitual. Por mi parte quisiera comentar que esta pandemia sí que me ha marcado en muchos aspectos, por ejemplo, creo que me ha cambiado el carácter, me he vuelto muy anodino, y a veces me he desesperado bastante con la situación, supongo que, por un lado, la impotencia que da el no poder quedar con tus amigos, no poder practicar tus deportes favoritos, en mi caso voleibol y volley playa. 

Por otro lado, también he aprendido a valorar el tener una casa, ya que en muchos momentos, ha sido el mejor lugar donde podíamos estar. También me he dado cuenta de la solidaridad de la gente con los sanitarios reconociendo su gran labor, pero también, desgraciadamente, he visto la peor cara de las personas.

Si bien la mayoría de la gente es respetuosa, si que he visto en muchos jóvenes y no tan jóvenes una falta de valores, a los cuales ya me he referido en un post anterior, que dejan en muy mal lugar a nuestra sociedad. Se siguen las reuniones multitudinarias, sin distancia, sin mascarilla, en definitiva, sin respeto.

También he contemplado con estupor el fin de una generación que cuidó de sus padres, después cuidó de sus hijos, y por último, en lugar de descansar, reunió las únicas fuerzas que les quedaban para cuidar de sus nietos, para luego, muchos de ellos, a causa de esta maldita enfermedad, morir en la más absoluta soledad, ya que nadie ha podido estar a su lado en sus últimos momentos de vida.

Con esta entrada vaya mi homenaje a todos ellos. Hablando de homenajes, también como no, los sanitarios, a los cuales se les rindió tarde tras tarde desde el balcón de nuestras casas. 

He aquí el porqué del título, estamos ante un cambio drástico en nuestra sociedad, en nuestra manera de pensar, de actuar, de vivir, de relacionarnos y es ahora cuando podemos hacer las cosas bien, es ahora cuando debemos tomar conciencia de que esto no es una broma, hemos pasado una pandemia, y cada uno de nosotros tenemos que sentirnos afortunados de estar hoy aquí y poder contarlo.  Por eso quiero remarcar que no hay que bajar la guardia, las navidades serán duras, posiblemente muchos de nosotros no podamos celebrarlas con nuestras familias, pero espero que todo sea para que las siguientes navidades nos volvamos a reunir y poderlas celebrar como se merecen.

No podemos bajar la guardia, ni confiarnos ni un solo instante, cada uno de nosotros tiene un padre una madre, un hijo hija que nos está esperando en casa y al menos deberíamos protegernos ya no por nosotros sino por ellos. Se que aquél que lea esto es una persona prudente y sensata pero quería dejar constancia de lo que se ha vivido para que en un futuro recordemos que un solo virus ha colapsado el sistema sanitario, ha llenado UCIS, contagiado a los sanitarios, cerrado residencias, dejar sin vacaciones, arruinar negocios y muy posiblemente generar una crisis económica sin precedentes en nuestro país y en toda Europa y gran parte del mundo.

No quiero pensar que todo esto ha sido orquestado por alguna organización para poder enriquecerse, no soy de teorías conspiranoicas, pero no es descartable en ningún caso. 

Otro tema es como la desinformación está llegando a un punto que mucha gente se hace preguntas como si es verdad si hay virus (los negacionistas) o que no es para tanto. Mi opinión es que tal vez todavía no somos conscientes de lo que es capaz de hacer un virus. Creo que necesitamos un poco de perspectiva para analizar los estragos que ha causado y posiblemente, nuestro modelo de sociedad es un modelo caduco, que debe ser revisado, así como el modelo económico.

Recordar también que el virus no entiende de clases sociales y afecta a todos por igual. Da igual que seas pobre o rico, alto o bajo, negro o blanco, si lo coges lo coges y es lo que hay. A veces nos asombra que algo tan pequeño haya puesto de rodillas al ser más evolucionado del planeta, un David contra Goliat en toda regla.

Por último recordad que lo más importante es la salud, y no es algo baladí, a día de hoy tenemos ejemplos que nos enseñan que ni todo el oro del mundo puede curar algo que todavía no tiene cura.

Os deseo mucha salud y parafraseando a las películas policiacas "Tengan cuidado ahí fuera".

No hay comentarios:

Publicar un comentario