Los valores carecen de sentido. De eso ya se están
encargando nuestros políticos día a día demostrarlo. Pero lo verdaderamente
malo, es que las futuras generaciones, están creciendo sin un modelo sólido de
valores en lo que creer, porque la verdad, si les soy sincero, los valores que
actualmente tenemos, son horribles, deleznables y, en la mayoría de los casos,
ridículos.
Qué imagen le estamos dando a los niños y adolescentes, por
supuesto que no la más adecuada, cuando se ponen a ver la tele y descubren que,
para ganar dinero, es más fácil apuntarte a Gran Hermano, hacer el tonto y
después asistir a programas de televisión donde te darán un pastón por contar
tu vida, mintiendo la mayor parte de las veces.
Cómo explicar a un niño, que muchos de los investigadores más
brillantes de tu país, se tienen que ir a estudiar fuera, porque no reciben
dinero para continuar su formación en España, ya que no se les ayuda lo
suficiente por parte de las instituciones.
Pero no solo es eso, esta cultura ha llegado ya a la calle. La falta de ética es total, la falta de respeto, máxima y lo que es
peor, cada vez está siendo aceptada por nuestra sociedad.
Como muestra un botón: vas en el metro y observas en más de
una ocasión a adolescentes, y a veces, no tanto, que escuchan el móvil o el mp3 a
todo volumen, pero somos tan "pasotas" que hemos caído en la desidia más absoluta y ni siquiera nos molestamos en decir nada, primero por no tener problemas,
pero creo que la razón más importante es la falta de interés por parte de
todos. Supongo, que todo esto va en la propia persona, pero cuando lo ves de
manera general, empiezo a pensar que algo falla. Los primeros en fallar somos
los adultos, por no preocuparnos por esta falta de valores, alegando frases como “si
no se lo enseñan en su casa, no se lo voy a enseñar yo que soy un extraño” o
muchos padres, que consideran que la educación se la tienen que dar en el
colegio y no en casa. Lo más curioso es que esos mismos que dicen eso, sí que
respetan y cumplen estos códigos, entonces, ¿por qué no se lo enseñas a tus
hijos?
La respuesta se resumen en una palabra, “pasotismo”, y no
sólo en la educación, yo diría más bien en todos los aspectos de nuestra
sociedad. Me he dado cuenta de una cosa: en este país, si quieres que se cumpla
algo simplemente sanciona económicamente su incumplimiento y enseguida se
cumplirá, pero, desde mi punto de vista, ése no es el camino a seguir. Hemos pasado
de la ley de la vara a la ley de la multa y seguimos sin madurar, seguimos sin
aprender y sólo atendemos a razones, cuando nos “meten miedo”, sólo así maduramos.
Yo no me considero un ciudadano ejemplar, pero creo saber
usar las normas de convivencia que tenemos. No me gusta tampoco lo que en este
país se viene a llamar la “picaresca”, sobre todo, porque no lo considero ético. Por ejemplo, cada vez aumenta la violencia en el deporte
pero no sobre los jugadores, sino sobre los árbitros y en categorías inferiores.
Qué triste es ver que en la televisión, un árbitro de apenas 17 años que arbitre a
chavales de 14 sea increpado, amenazado y golpeado por el padre o padres de uno de
éstos.
Somos materialistas, no nos importa nada en absoluto. No apreciamos
muchas veces lo que tenemos, ni lo que nos dan o nos regalan. A veces, lo
invertimos en cosas que a largo plazo no merecen la pena. Con el tiempo me doy cuenta que me llena más una taza de café en buena compañía que ir de compras, y sobre
todo, sale más barato.
Como he dicho antes, los valores se enseñan, se entrenan día
a día, pero es algo que parece que hemos olvidado. Jugamos con los sentimientos
de la gente sin importar el daño que podamos hacerles.
Yo no tengo la fórmula mágica para solucionar este problema,
pero creo que escribiendo estas líneas al menos tomamos conciencia del problema
que supone todo esto. Luego no debemos llevarnos las manos a la cabeza porque
tal o cual persona ha cometido un robo, ha matado a alguien de una forma u
otra. La verdad después de lo dicho, muchos ni se las llevarán porque de tanto verlo por televisión lo
han aceptado como algo “normal”, como algo cotidiano y eso es malo, ya que no
son capaces de asimilar las consecuencias morales de ese acto.
Es lo que vengo a decir con estas líneas, la falta de
valores, el reconocimiento de la
escaramuza, si se siguen aplaudiendo actitudes como ésta, nos llevará a una
segunda crisis de Occidente, con las consecuencias que todos conocemos, y si no
las conocen, acudan a los libros de historia y sabrán por qué se le llama a ese
periodo edad oscura.
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